Como una buena devoradora de libros (ya no sé cuantos he
leído en lo que llevamos de año), estoy en la mitad de “Al Fin Libre”, de J.J
Benítez.
Todavía no he acabado, y por lo tanto no hablaré del mismo pero, hay una reflexión que creo haber visto en el momento oportuno, y toca compartirla, independiente de cómo “veas” a tu Dios!
Todavía no he acabado, y por lo tanto no hablaré del mismo pero, hay una reflexión que creo haber visto en el momento oportuno, y toca compartirla, independiente de cómo “veas” a tu Dios!
“- La clave está en lo que sientes, en lo que intuyes. - ¿Y
qué intuyo? ¿Qué siento más allá de lo que veo? Percibo una luz, una fuerza que
tira de mí desde todo lo creado y lo increado. Yo fui parte de esa luz. Yo fui
imaginado y enviado. Y ahora, sujeto al tiempo y al espacio, juego a adivinar
mi pasado. Es el juego de los Dioses. - Ve, vive y búscame. - Y ahora, sé que todo son pistas del buen Dios.
Lo que veo y lo que aún no veo. Todo es suyo…, y mío. Todo es Él. Veo los escuadrones
nubosos, montando guardia en el horizonte marino y lo percibo. Él está dentro y
fuera. Él me grita entonces: - Ven a mí a través de la belleza. - Veo el error,
el desánimo y la confusión en mis hermanos, los hombres. Y lo percibo. Él está
en el interior, esperando que el amor los ilumine. Entonces me grita: - Ven a
mí a través de la misericordia. - (…) Y
percibo la sonrisa de Dios y su cálida voz: “Ven a mí sin miedo. Ven de la mano
de la esperanza.”
Sí, la clave es sentir…”
Sí, la clave es sentir…”
No te hacía leyendo a J.J. Benítez aunque si que últimamente esta muy transcendental.
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